La inmensidad del océano y la calidez de la piedra antigua se fusionan en esta casa cueva única. Su rehabilitación ha respetado la esencia de la arquitectura tradicional, incorporando toques contemporáneos que garantizan el máximo confort.
Desde su terraza privada, la vista de la isla de Tenerife sobre el horizonte infinito del Atlántico se convierte en el mejor escenario para desconectar y disfrutar de la naturaleza en estado puro. El agradable sonido de las olas te acompaña en todo momento mientras contemplas la increíble puesta de sol y disfrutas de la tranquilidad.